El caso Digi: ¿ascenso meteórico o la punta del iceberg de un grave problema sectorial?

En una entrevista reciente, Juan Antonio Rodríguez Moreno, presidente de Acutelan, incide para Boutech en la problemática que supone la irrupción en el mercado de las operadoras ultralowcost. En Boutech, hemos querido profundizar en esta cuestión, analizándola a través del caso de ¿Exito? de la operadora Digi. Por Nerea Méndez Pérez.

La compañía de origen rumano llegó a España en el año 2008 para revolucionar el sector de las telecomunicaciones. Desde entonces, no ha parado de retar a la competencia con un modelo de negocio basado en la oferta de tarifas móviles y fibra óptica a precios muy económicos.
A pesar de estar operando a pérdidas –salvando el crecimiento de los últimos meses– y granjearse enemigos en cada esquina, parece que Digi continúa ganando peso en el mercado de las telecomunicaciones. Según la lista que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) publica anualmente con los operadores principales, es decir, los que ostentan las cinco mayores cuotas de los mercados de referencia, Digi Spain se sitúa en el cuarto puesto de telefonía fija y móvil, solo por detrás de Telefónica, Orange y Vodafone.

Las operadoras low cost llevan existiendo desde 2008 –algunas incluso antes– y pocas veces han supuesto una amenaza para el sector. Simyo, Lowi, Pepephone, O2, Yoigo… Todas las grandes disponen de una para competir con tarifas más baratas. En ese caso, ¿por qué Digi está intimidando tanto?

EL MODELO DE NEGOCIO

Tarifas planas, estables y sin sorpresas. Esta ha sido la estrategia que la empresa rumana ha seguido a lo largo de casi dos décadas y con la que ha atraído a sus clientes. Al mismo tiempo se ha convertido en el operador de telecomunicaciones que más crece en el mercado español. Cerró el tercer trimestre de 2024 con casi 8 millones de clientes y ganó más de 900.000 usuarios en el ejercicio de ese año, aprovechando las pérdidas de MasOrange tras la fusión de MásMóvil y Orange y las de Vodafone, después de la compra de la empresa de telecomunicaciones por Zagona en mayo de 2024.

En este contexto, en el que varias compañías con complejo de Cronos se devoran unas a otras o unen sus fuerzas para seguir resistiendo, hay quienes han visto una oportunidad para entrar en el mercado de las telecomunicaciones con unos modelos de negocio más agresivos. El caso de Digi no es excepcional. Lo de tirar los precios para ponerse a la altura de grandes jugadores como Telefónica, Orange (ahora MasOrange) y Vodafone no es nuevo, ya lo hizo Jazztel antes de ser adquirido por Orange en 2015.

En la actualidad, algunos de los principales actores low cost son el mencionado Digi, Avatel y Finetwork, cada vez más conocidos entre los usuarios. Ofrecen unas tarifas simples de fibra y móvil que no pueden replicar los grandes del sector, por eso mismo han pasado de ser operadores alternativos a vencedores en un mercado cuyos ingresos totales continúan reduciéndose desde hace más de una década en nuestro país.

OPERACIÓN ‘DEJAR DE SER UN INQUILINO DE RED’

La compañía, perteneciente al grupo rumano Digi Communications, aterrizó en España en el año 2008, en plena crisis financiera. Cuenta, además, con presencia en Rumanía, Italia, Portugal y Bélgica. Hasta hace poco, actuaba bajo el formato de Operador Móvil Virtual (OMV), es decir, no tenía red propia y la alquilaba a otros operadores, en concreto Telefónica.

Esta situación cambió recientemente con el lanzamiento de su propia red 5G en todo el territorio geográfico y el encendido de su primera antena en Palencia. Un movimiento del que llevaba avisando desde principios de 2025. Aunque continúa respaldada por una alianza comercial con Telefónica, la teleco ya cuenta con una antena de telefonía móvil propia. El acuerdo –con una vigencia inicial de 16 años y revisiones técnicas cada cinco– se basa en la compartición activa de red mediante un modelo RAN Sharing. De esta forma, ambos operadores utilizan los mismos equipos y emplazamientos, pero mantienen servicios independientes y gestionan el tráfico y la experiencia del cliente de manera autónoma.

La clave de esta colaboración está en la mutación del espectro en la banda de 3,6 GHz. Telefónica aporta 100 MHz y Digi 20 MHz, logrando un total de 120 MHz que se traduce en velocidades teóricas de descarga de hasta 3,2 Gbps y una latencia que oscila entre 8 y 12 milisegundos en modo 5G SA (Standalone).

Con esta configuración técnica la teleco demuestra que sabe jugar bien sus cartas, pues se coloca como uno de los operadores con la red más rápida del país y con capacidad para competir a la altura de los grupos consolidados. Gracias a una infraestructura compartida, Digi puede disminuir su inversión en equipamiento hasta un 40% frente a un despliegue tradicional. Además, al dejar de ser un OMV, reduce los costes vinculados al alquiler de red, lo que amplía sus márgenes operativos.

EL COSTE DE ‘TRIUNFAR’

Según datos publicados por la teleco rumana el pasado mes de mayo, facturó más de 217 millones de euros en el primer trimestre de 2025, lo que supone un incremento del 22% respecto al año anterior. Asimismo, registró un beneficio bruto (Ebitda) de más de 41 millones (un 3% más que en 2024).

Por otro lado, acumuló más de 279.000 portabilidades netas y más de 164.000 altas netas de clientes de fibra. Así, Digi ya ha alcanzado los 9 millones de usuarios en el que ha definido como su “mejor trimestre histórico”.

A simple vista, parece que la empresa no para de crecer en ingresos, beneficios y clientes, pero estos episodios de ganancias en 2024 y 2025 contrastan con los reportes de años anteriores: en 2023 registró unas pérdidas de 14,3 millones y en 2022 de 6,4 millones.

En este mismo trimestre de crecimiento, Digi cerró un crédito de 275 millones de euros con varios bancos a un plazo de cinco años para refinanciar deuda y acometer inversiones en España, según informó la propia empresa en un comunicado remitido a la Bolsa de Bucarest. Entre los organizadores principales de esta línea de crédito figuran Banco Santander, ING y BBVA.

Asimismo, a finales del año pasado elevó de 150 a 220 millones de euros el importe del préstamo que suscribió en junio de 2024 con ING Bank, que la teleco usó para refinanciar 450 millones de deuda.

Por otro parte, también informó del cierre de otras dos líneas de crédito por un importe conjunto de casi 55 millones de euros con un plazo de cuatro años para incrementar el despliegue de redes en Rumanía y Portugal.
Cabe preguntarse, entonces, si un modelo de negocio con tantas fluctuaciones es sostenible.

En palabras de Juan Antonio Rodríguez, presidente de Acutelan, “el modelo ultra low cost no solo es insostenible a largo plazo, sino que pone en riesgo la calidad del servicio, el empleo local y la inversión en infraestructuras”. Estas han sido algunas de las principales razones que han tensionado el mercado.

GUERRA DE TELECOS

La estrategia empresarial de Digi en España siempre ha ido en contra de la corriente dominante en el sector de las telecomunicaciones. Mientras gigantes como Telefónica insisten en la consolidación del sector como vía para competir en el plano internacional, la compañía rumana ha reafirmado en los últimos meses su voluntad de crecer de manera independiente, sin formar parte de fusiones ni adquisiciones, al menos por el momento.

“No buscamos ser un consolidador en los mercados donde operamos”, declaró el CEO del grupo, Sherguei Bulgac, durante la presentación de los resultados del primer trimestre. Si bien están al tanto de los movimientos del sector, Bulgac señala que eso no implica que tengan que participar, pues su estrategia principal está siendo “el crecimiento orgánico”.

Esta deriva está levantando ampollas –sobre todo en el ámbito local– y hay quien ya ha afirmado que la competencia que hace Digi es “desleal”. Así lo expresó la vicepresidenta de la Asociación Nacional de Operadores de Telecomunicaciones y Servicios de Internet (AOTEC), María Jesús Cauhé, durante la rueda de prensa de presentación de la feria AOTEC25. “Se trata de una competencia que termina siendo casi que desleal, porque está vendiendo a unos precios con márgenes ridículos que no permiten la supervivencia de la propia empresa”, explicó Cauhé.

Por su parte, el presidente de la asociación, Antonio García Vidal, ha apuntado que la compañía no tiene la capacidad de rivalizar de una manera objetiva contra las operadoras locales o empresas de menor volumen que a veces quedan fuera del foco de atención. “Digi puede engañar los tres primeros meses a los abonados, pero al cuarto, el cliente emprende el camino de vuelta al operador de cercanía cuando no recibe la atención personalizada y la respuesta rápida a la que está acostumbrado”, detalla Vidal.

En cualquier caso, el operador local continúa siendo uno de los más afectados, ya que en los últimos años ha tenido que adaptarse a pasos agigantados a un entorno cambiante, donde los marcos regulatorios, la presión de los grandes operadores y la irrupción de ofertas low cost han tensionado enormemente su modo de actuación.

Y es que como afirmaba Juan Antonio Rodríguez, presidente de Acutelan en declaraciones para Boutech, “estas estrategias, lejos de beneficiar al consumidor, acaban deteriorando el servicio, debilitando al tejido empresarial y poniendo en riesgo la inversión en infraestructuras esenciales para el desarrollo digital del país”.

SOBRE REGULACIÓN

Ante este panorama, tanto AOTEC como Acutelan, reclaman un marco que proteja al consumidor y al operador que cumple las reglas y sugieren que hay que seguir denunciando este tipo de prácticas. “Deberían estar controladas como mínimo por la CNMC”, sostiene Maria Jesús Cauhé.

Lo cierto es que Competencia ha renovado recientemente los criterios de calidad para reforzar la transparencia de las telecos de cara a los consumidores. En febrero de 2025, exigió a las empresas desplegar sondas de medición en todas las comunidades autónomas donde lancen nuevas ofertas comerciales. Una decisión que no gustó demasiado a Vodafone y Digi, que alertan del impacto económico de la medida.

El objetivo es que el regulador pueda identificar diferencias de calidad en el servicio, atendiendo a parámetros la latencia, fluctuación de fase (jitter), pérdida de paquetes y tecnología 5G.

Por el momento, no existe un marco de regulación específico que impida ofrecer precios bajos. De hecho, en España los mercados de telecomunicaciones están liberalizados y son las empresas quienes fijan sus propios precios, siempre que no incurran en prácticas anticompetitivas como ventas a pérdida o el llamado ‘dumping rapaz’. Mientras muchos acusan a Digi de practicarlo, el operador continúa con sus planes. Así, el mes pasado anunció el aumento de los gigas de sus tarifas móviles a todos los clientes –tanto nuevos como actuales–, y la reducción del precio de su tarifa IlimiTODO en la modalidad sin fibra de 15 a 12 euros, pudiendo bajar hasta 8 euros si se contratan tres o más líneas.

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